Chimalhuacán, Estado de México, a 25 de junio de 2025. Como parte de las acciones conmemorativas del Día Naranja, el municipio de Chimalhuacán realizó el evento Encuentro Naranja en el auditorio de la Casa de Cultura, donde más de 100 personas se dieron cita para dialogar, informarse y reflexionar acerca de la violencia que afecta a mujeres y niñas. Esta iniciativa fue organizada por la Dirección de la Mujer, en coordinación con la Secretaría de la Mujer del Estado de México y el Departamento de Capacitación Municipal.

El “Día Naranja” es una fecha para actuar a favor de la generación de conciencia y la prevención de la violencia contra mujeres y niñas. Esta conmemoración forma parte de la Campaña ÚNETE, una iniciativa lanzada en 2008 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que actualmente es administrada por ONU Mujeres, con el objetivo de visibilizar la violencia de género y promover su erradicación.

Durante su intervención, la titular de la Dirección de la Mujer de Chimalhuacán, Daniela Clavel Vera, subrayó la urgencia de reconocer la violencia en la vida cotidiana y no permitir que se normalice. Asimismo, enfatizó que para lograr un entorno más justo se deben fortalecer las redes de apoyo, informarse, denunciar y actuar desde cada espacio de convivencia. Finalmente, recalcó que enfrentar la violencia no es tarea de una sola institución, sino un esfuerzo conjunto entre población, autoridades e instituciones.

Como parte del Encuentro se impartieron dos ponencias. La primera, titulada “Lo que no se nombra no se detiene: ¿qué es la violencia y cómo evitarla?”, fue efectuada por Marco Antonio Consuelo Avilés, coordinador de los Centros de Desarrollo de Masculinidades Positivas (CEDEMás) de la Secretaría de la Mujer del gobierno del Estado de México.

El ponente explicó cómo la violencia se presenta en diversas formas —económica, sexual, psicológica, verbal, patrimonial y digital—, y cómo muchas de ellas permanecen invisibilizadas o se perciben como normales dentro de ciertas dinámicas sociales o familiares. E invitó a los asistentes a identificar estas conductas y a cuestionarse si han sido víctimas o perpetradores, como punto de partida para romper los ciclos de violencia.

En la segunda ponencia, “Masculinidades que transforman: Prevención de las violencias desde lo masculino”, se abordó el papel de los hombres en la prevención de la violencia de género. Se planteó la necesidad de desmontar estereotipos tradicionales, como la idea de que los hombres deben ser siempre fuertes, callar sus emociones o ejercer control. Desde esta perspectiva, se presentó el concepto de “masculinidades positivas” como una vía para construir relaciones más equitativas y respetuosas, donde la salud mental y el autocuidado también tienen lugar.

Además del evento principal, se desarrollaron otras actividades en diferentes puntos del municipio. En el Tecnológico de Estudios Superiores de Chimalhuacán (TESCHI) se llevó a cabo la ponencia “Cambiando el Rol: Masculinidades positivas para una vida sin violencia”, y en el Museo Chimaltonalli se impartió la charla “¡No es piropo, es acoso!”, que profundizó en la violencia que ocurre en espacios públicos y cómo ciertos comportamientos socialmente tolerados, como los comentarios no solicitados, también forman parte de una cultura que vulnera los derechos de las mujeres.

Durante el Encuentro Naranja se instalaron módulos informativos de distintas áreas municipales, entre ellas Prevención del Delito, Policía de Género, Análisis y Contexto, Atención a Grupos Étnicos y Preceptoría Juvenil. El objetivo fue brindar orientación, ofrecer herramientas de identificación y canalización, así como reforzar las rutas de atención disponibles en casos de violencia.

El evento contó con la presencia de Andrea Deras Domínguez, Secretaria Técnica de la Mesa para la Construcción de la Paz y la Seguridad en Chimalhuacán; Marco Antonio Bollo Camacho, titular del Departamento de Capacitación; y Javier Llanos Solís, titular del Departamento de Enlace con Delegados y COPACIs, quienes destacaron la importancia de sostener este tipo de espacios en colaboración con la población.

Este Encuentro Naranja representó un espacio de diálogo abierto en el que se reconoció que el cambio inicia en lo cotidiano: en lo que se hace, dice y permite, así como en lo que se decide transformar desde el ámbito personal, familiar y comunitario.